Con la llegada del verano, el contacto de nuestros oídos con el agua aumenta y, por tanto, también se incrementan las probabilidades de sufrir infecciones, otitis, y otras complicaciones que nos estropean las vacaciones. Los expertos recomiendan proteger el conducto auditivo frente a cualquier patógeno que pueda hallarse en el agua, ya sea de piscina o de playa; y más en oídos delicados. 

En el Centro Auditivo Especializado Sancho Ramírez llevan 17 años elaborando moldes personalizados para protección frente al agua. Estos tapones evitan que el agua atraviese el conducto auditivo reduciendo drásticamente el riesgo de sufrir infecciones. Con el desarrollo de los materiales se ha conseguido que cada vez sean más agradables, haya más variedad de colores y que incluso puedan flotar para localizarlos en caso de caer accidentalmente al agua. 

José María Pérez Bescós, Audiólogo de Sancho Ramírez, recomienda su uso no sólo en niños, sino también en adultos siempre que tengan “un mínimo riesgo o que estén expuestos al agua”. Según este especialista, deberían utilizar tapones a medida “desde los niños con drenajes timpánicos hasta adultos a los que se les queda agua dentro con frecuencia”, afirma. Advierte también que “cualquier persona con tímpanos operados o perforados debería usar estas protecciones siempre personalizadas, porque cada conducto auditivo es único, con una anatomía única”. 

Tapones de oído made in Navarra

Sancho Ramírez dispone de laboratorio propio en los centros de Pamplona y Tudela. En el proceso desde que el paciente entra para la fabricación hasta que se los lleva preparados para su uso pueden transcurrir entre 3 y 5 días. Además, dispone en su web y en su perfil de YouTube de tutoriales para una correcta colocación y para su mantenimiento, que es muy sencillo, pero necesario para conservar la eficacia de estos protectores.

Preguntado por la duración de los tapones, Pérez Bescós comenta que varía en función del uso y la edad: “en usuarios pediátricos, el conducto está creciendo y, aunque el molde no se haya deteriorado, la anatomía del oído cambia rápido, y es bueno renovarlo anualmente para mantener la protección”. Sin embargo, en adultos recomienda la renovación a los 2 o 3 años “principalmente por el deterioro de los materiales, que puede variar según la frecuencia de uso”, asegura. 

Secos, limpios y bien insertados

Un aspecto en el que inciden desde el Centro Auditivo Sancho Ramírez es el de la correcta colocación y la higiene: “hay que limpiarlos tras cada uso con jabones de PH neutro para que no se deteriore el material, y guardarlos siempre limpios y secos”, subraya. Del mismo modo, comenta que “la eficacia depende mucho de la buena colocación”, aunque cada usuario recibe instrucciones de los profesionales del Centro Auditivo Sancho Ramírez antes de su primer uso.

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